30.8.12

Árboles que no queman

¿Por qué no ardieron los cipreses? Eso se preguntan expertos botánicos frente a los hechos sucedidos el pasado mes de Julio en Andilla, Valencia. Durante un incendio que duró unos 5 días, unas 20.000 hectáreas quedaron arrasadas por el fuego dejando un paisaje desolador, pero en medio de todo el estropicio, quedaron intactos un grupo de 946 cipreses, especie foránea a la zona, que fueron plantados hace 25 años dentro del proyecto europeo CypFire. Dicho proyecto pretendía evaluar el impacto de este árbol en la zona respecto a su tolerancia a las heladas, la sequía y la producción de madera y polen. La resistencia al fuego era inicialmente un aspecto más.


El hecho no ha pasado desapercibido entre la comunidad científica, y menos en un verano como este,  en el que se han quemado más de 132.000 hectáreas, y que en algunos casos afectó a espacios protegidos y provocando la muerte de ocho personas. Los incendios más destacados han sido alrededor del país ( y gran parte en Catalunya!): en Fragas de Eume (Coruña) , Rasquera (Tarragona), Andilla (Valencia), Cortes de Pallás (Valencia), La Jonquera (Girona), Tenerife y La Gomera. La lista es más larga, como aparece en la página de Greenpeace España.

La explicación de porqué es tan resistente al fuego es aún un enigma para los investigadores, pero se barajan varias teorías. El ciprés mediterráneo es una especie dura, que acumula pocas ramas muertas en su suelo y que tiene una capa de mantillo (hojarasca) delgada y compacta que conserva la humedad. Esto explicaría, según el departamento de Árboles Monumentales de la Diputación, por qué las llamas no penetraron por las zonas más bajas, pese a que el barranco de Herbasana no se ha limpiaba en una década. Pese a que los ejemplares estaban juntos, el fuego no avanzó por la parte alta. Solo ardieron 12 árboles (1,26% del total), que evitaron la expansión del fuego. Las llamas, además, apenas provocaron la deshidratación de sus hojas. El ciprés, además, es una especie que dificulta que se propague el fuego pero también obstaculiza que crezcan otros árboles y plantas. La hojarasca de los cipreses desprende una sustancia que acidifica el suelo (similar a la de los eucaliptos) lo que impide que crezca nada debajo, con lo que el fuego no tiene combustible, y evita también que el árbol se queme rápido, porque además tiene una copa muy densa.

La opinión está dividida entre los expertos, de si se debe utilizar esta especie como cortafuegos y plantarla para repoblar bosques y también como cortafuegos en urbanizaciones(zonas con viviendas), como medida de prevención, dadas las características de esta especie.

Por otro lado, Raúl de la Calle, del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales comenta: "El ciprés es una especie poco combustible, pero de ahí a que no se queme…No hay ningún árbol ignífugo”. Tampoco aprueba el proyecto de los cipreses Nicolás López, botánico y técnico de conservación de especies de Seo Birdlife. “Introducir una especie que no es autóctona es un error, altera el ecosistema y perjudica al resto de la flora”, dice.

El 27 de septiembre se reunirán una treintena de expertos internacionales para abordar el enigma de los árboles incombustibles para intentar resolver esta cuestión y ver si realmente los cipreses se pueden usar como cortafuegos o si el hecho ocurrido en Valencia ha sido una casualidad. Para más información podeís leer este artículo del País.

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